Desde niño tuve una visión: pararme en un escenario, con un micrófono en la mano, y que miles de personas corearan mis letras. No era solo un sueño de fama; era un llamado. La música siempre fue mi escape, mi refugio y mi lenguaje más verdadero.
Pero no fue fácil.
Vengo de una realidad donde perseguir un sueño artístico no siempre es lo más “lógico”. Escuché muchas veces que mejor buscara algo “seguro”. Que cantar era un hobby, no una carrera. Que la música no daba de comer. A pesar de eso, decidí creer en mí. En cada canción que escribí, en cada video que grabé, en cada pequeño paso.
Comencé grabando con lo que tenía. Editando desde el teléfono. Aprendiendo solo. Viendo cómo muchas veces los que me rodeaban no compartían mis canciones, pero aún así seguí. Porque entendí algo: si yo no me tomaba en serio, nadie más lo haría.
Con el tiempo, nacía AndradeOG. Más que un nombre artístico, se convirtió en mi identidad creativa. Un símbolo de evolución, de lucha, de autenticidad. En cada beat y cada barra, hay parte de mi historia, de mi barrio, de mis heridas y de mi fuerza.
Hoy sigo en ese camino. No he llegado aún donde quiero, pero he avanzado muchísimo. Mi música ha cruzado fronteras digitales. Mi voz ha conectado con personas que ni conozco, pero que sienten como yo. Y eso no tiene precio.
Escribo esto no solo para contar mi historia, sino para recordarte que sí se puede. Que vale la pena apostarle al talento propio. Que el miedo no puede tener la última palabra.
Soy AndradeOG. Y esto es solo el comienzo.